Llegamos a la monumental Plaza de San Pedro, obra de Bernini, donde un gran número de personas esperaban para participar en la misa del domingo de ramos. ¡Por eso el día anterior había numerosas hileras de sillas colocadas en medio de la plaza!
La misa duró más de tres horas y, aunque daban un librito para situarse, era difícil seguirla ya que la mayor parte era en latín. Además, el día no acompañaba mucho, ya que chispeaba constantemente. Pero pesar de ello, fue toda una experiencia.
Cuando, tras la misa, la gente empezó a marcharse de la plaza y ya se podía caminar (aunque era inevitable chocarse de vez en cuando con alguna persona, a pesar de los esfuerzos por esquibarnos mutuámente). Tras salir de tal marabunta y dejar atrás el Vaticano, fuimos a comer en el mismo lugar que el día anterior.
Obelisco egipcio procedente del Circo de Calíguia y Nerón, en la Plaza de San Pedro. |
Después de comer, tras pasear por Ciudad del Vaticano, volvimos a nuestro punto de encuentro para ir a la visita guiada por las Catacumbas de San Calixto en Roma y dar seguir descubriendo dicha ciudad pero, como era un poco pronto, aprovechamos para hacernos nuestras últimas fotos en Estado Ciudad del Vaticano, con el obelisco egipcio y la columnata de la conocida plaza elíptica.
Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano. |
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