Optamos por bajar en la última parada del barco, la del JardÃn Botánico, porque nos sonaba que estaba por allÃ, pero por ese barrio apenas habÃa gente, asà que preguntar a alguien por el paradero de la librerÃa fue un auténtico reto.
Al final, dimos con dos estudiantes de intercambio que salÃan de la universidad. No tenÃan ni idea de dónde estaba el sitio, pero uno de ellos, muy amablemente, lo buscó en su móvil y nos ayudó a hubicarnos en el mapa; por lo que pudimos llegar sin problemas. Y sÃ, nos dimos cuenta que habÃamos cogido el batobus en balde, porque se encuentra justamente al lado de Notre Dame.
Shakespeare and Company' bookstore es una librerÃa inglesa en pleno centro de ParÃs. Hay libros de todo tipo, antiguos, de segunda mano, nuevas publicaciones... Todos ellos en inglés. De hecho, fue uno de los lugares frecuentados por autores de la Generación Perdida durante sus visitas a la capital francesa. Para mÃ, un auténtico paraÃso en el que estoy segura de que me pasarÃa horas y horas si estuviera en mi ciudad.
Además, se acoge a un pequeño número de jóvenes y estudiantes viajeros que deseen alojarse allà durante un tiempo, a cambio de trabajar y ayudar en la librerÃa.
Tras merodear un poco por la librerÃa y disfrutar de la actuación de un músico callejero que cantaba de maravilla a las puertas de Shakespeare and Company, fuimos a ver el Panteón de ParÃs; de camino, pasamos por la prestigiosa Université la Sorbonne.
El Panteón lo estaban rehabilitando en ese momento, por lo que únicamente nos conformamos con una visita rápida desde el exterior. Al situarse tan cerca de la universidad, el ambiente estudiantil de esa zona nos hizo acordarnos de nuestra rutina en Valencia.
A partir de este momento, el sol comenzó a bajar asà que decidimos volver a coger el batobus para ver el Arco de Triunfo y el juego de luces del anochecer de la Torre Eiffel.
Sin duda, creo que el atardecer en ParÃs junto a las orillas del Sena es una de las puestas de sol que todo el mundo tiene que disfrutar al menos una vez en su vida.
Bajamos en la parada que se encuentra junto a Pont Alexandre III, construido a finales del siglo XIX, y que une los Inválidos con le Grand Palais y le Petit Palais. De paso, aprovechamos para disfrutar del ambiente comercial de l'Avenue des Champs Elysees.
Finalmente, llegamos a l'Arc de Triomphe, construido bajo las órdenes de Napoleón para conmemorar la victoria de las tropas francesas en la batalla de Austerlitz.
Sin embargo, nuestro segundo dÃa en ParÃs no podÃa terminar sin ver el juego de luces de la Torre Eiffel al anochecer. Lo vimos desde uno de los puentes del Sena, mientras en mi cabeza no dejaba de sonar la música de La vie en rose.
Después del juego de luces, cogimos el último batobus del dÃa y repetimos todo el trayecto para ver los monumentos de orillas del Sena iluminados. Llegamos bastante tarde a casa ese dÃa y algo cansadas, dispuestas a recargar pilas para el dÃa siguiente.