La universidad y las mil y una cosas que llevo como actividades extraescolares absorben todo mi tiempo; motivo por el cual apenas he podido parar y sentarme frente al ordenador a hacer alguna cosa diferente a proyectos o trabajos. Aún asÃ, he conseguido sacar algo de tiempo libre para continuar escribiendo sobre mi viaje a Salamanca —pues no me gusta la idea de dejar de publicar cuando he empezado a contar un viaje—.
El segundo dÃa que pasé en Salamanca fue uno de los mejores, sin duda, pues nos dio tiempo a recorrer casi toda la ciudad y lo aprovechamos al máximo.
Salimos hacia el centro tras desayunar en el hotel. Una de las primeras cosas que vimos fue la famosa Casa de las Conchas: un edificio civil situado en frente de la Universidad Pontificia que fue construÃdo en la época de los Reyes Católicos. Por aquel entonces, pertenecÃa a la familia Pimentel y Arias Maldonado, cuyos sÃmbolos familiares son la concha y la flor de lis, respectivamente. Estos emblemas pueden verse tanto en la fachada de la casa como en el escudo de la entrada.
No está muy claro el porqué, pero al poco tiempo empezó a correr el rumor de que debajo de una de las conchas de la fachada habÃa un tesoro escondido, motivo por el cual muchas personas comenzaron a levantar las conchas de la pared del edificio.
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El segundo dÃa que pasé en Salamanca fue uno de los mejores, sin duda, pues nos dio tiempo a recorrer casi toda la ciudad y lo aprovechamos al máximo.
Salimos hacia el centro tras desayunar en el hotel. Una de las primeras cosas que vimos fue la famosa Casa de las Conchas: un edificio civil situado en frente de la Universidad Pontificia que fue construÃdo en la época de los Reyes Católicos. Por aquel entonces, pertenecÃa a la familia Pimentel y Arias Maldonado, cuyos sÃmbolos familiares son la concha y la flor de lis, respectivamente. Estos emblemas pueden verse tanto en la fachada de la casa como en el escudo de la entrada.
No está muy claro el porqué, pero al poco tiempo empezó a correr el rumor de que debajo de una de las conchas de la fachada habÃa un tesoro escondido, motivo por el cual muchas personas comenzaron a levantar las conchas de la pared del edificio.
Una de las mejores cosas que tiene la casa es el patio interior y la vista de la Universidad Pontificia desde allÃ.
Al salir de la Casa de las Conchas, lo que hicimos fue ir a la Universidad Pontificia para informarnos del horario. Al final, decidimos sacar las entradas para la visita guiada de la tarde, porque el horario de la otra universidad no era tan amplio y solo estaba, al ser dÃa festivo, abierto por la mañana.
En la próxima entrada os contaré sobre mi visita a la Universidad. De momento, y para que vayáis disfrutando de esta preciosa ciudad, os dejo algunas fotos de sus calles.