El pasado 14 de julio tomé un vuelo directo desde Alicante hacia Gotenburgo para conocer, por primera vez, Suecia.
Antes de las cinco de la madrugada ya estaba facturando en el mostrador de Ryanair pues a las 6:55am estaba previsto el despegue del avión. Y asà fue.
Aunque el vuelo no fue tan largo como estaba esperado, ya que llegué media hora antes al aeropuerto de Göteborg City.
Agradecà salir a primera hora porque me gusta exprimir el tiempo de mis viajes al máximo y, de esa forma, puedes aprovechar más el primer dÃa, evitando que sea un dÃa perdido para hacer turismo.
Como iba sola y creo que éramos solo tres españoles en el vuelo, empecé a convencerme de que todas las personas son amables por naturaleza -lo habÃa leÃdo en un blog de viajes porque, según decÃa el blog, teniendo este pensamiento se podÃa disfrutar más de los viajes y el contacto entre otras culturas- y no tardó en dar resultado: en el vuelo, conocà a una pareja sueca joven, que venÃan de pasar unos dÃas en la casa que su familia tenÃa en Alicante. La chica hablaba muy bien español y estuvimos hablando mientras su novio dormÃa. Cosa que hizo que el vuelo se me pasara más rápido.
Cuando aterrizamos, me llamó muchÃsimo la atención el orden que tienen los suecos: una vez aterrizado el avión, todos los suecos permanecieron sentados y con los cinturones abrochados hasta que la señal indicó lo contrario. Entonces, continuaron sentados hasta que se abrieron las puertas del avión y fue en ese momento cuando únicamente la primera fila de pasajeros se levantó, cogió sus pertenencias y salieron con un orden perfecto, de forma que hasta que no salÃa la fila anterior no se levantaba la siguiente.
¡Todo lo contrario a lo que yo habÃa visto en los demás vuelos! No hubo aplausos al aterrizar, una palabra más alta que otra durante todo el vuelo, ni prisas ni empujones por sacar el equipaje de mano y salir de los primeros... Cosa que agradecÃ.
El aeropuerto de Göteborg City es bastante pequeño, con una única puerta de llegadas y dos puertas para las salidas. Al llegar a la sala de recogida de equipajes, los pasajeros del vuelo anterior, aún estaban esperando sus maletas -¡y eso que su vuelo hacia más de media hora que habÃa aterrizado!-.
Por fin recogieron sus maletas, mientras que los pasajeros del vuelo de Alicante aún seguÃamos esperando las nuestras. Tardamos 48 minutos -¡de reloj!- en conseguir nuestras maletas de forma que nos juntamos en la misma sala con el vuelo que habÃa aterrizado media hora después que nosotros. Y, aunque reconozco que yo estaba impaciente y de los nervios por estar tanto tiempo esperando, ningún pasajero reclamó ni se quejó, si no que esperó tranquilamente.
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Raquel me estaba esperando en el aeropuerto con este cartel. |
Al salir -ya con mi maleta- tuve la suerte de encontrarme con Raquel, una chica colombiana de nacimiento pero sueca de adopción, que conocà en
mi primera visita a Portugal, con el
Proyecto Comenius, y que me enseñarÃa algunos de los preciosos lugares de Suecia.
Dos amigas suyas, una inglesa y otra sueca pero residente en Estados Unidos, que estaban pasando unos dÃas allÃ, nos llevaron a Jönköping en coche. Durante las dos horas de trayecto, Raquel y yo no dejamos de hablar, de ponernos al dÃa después de un año y medio sin vernos, de todo lo que Ãbamos a hacer durante mi estancia allÃ, etc.Cuando llegamos, me presentó a su encantadora familia, me instalé y comimos todos juntos mientras su familia y yo nos conocÃamos. Después, salimos a dar una vuelta por la ciudad de Jönköping: conocer el centro histórico y dar un paseo por el lago.
Jönköping es una ciudad que pertenece a un municipio de mismo nombre, en la provincia sueca de Smaland. En realidad, aunque no es una ciudad que tenga mucho turismo, sà ofrece varias cosas de interés: fue en Jönköping dónde nació la primera fábrica de fósforos y cerillas, para ser una ciudad relativamente pequeña, cuenta con un gran número de iglesias, algunos museos y tres lagos: Vättern, Munksjön y Rocksjön.
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Fotos de la Iglesia de SofÃa |
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Tändsticksmuseet, museo de fósforos junto al lago Vättern. |
Visitamos el vecindario donde se encuentra la casa del escritor sueco
Viktor Rydberg (s.XIX), que podrÃa ser el ejemplo de una tÃpica casa sueca, más o menos, reciente: pintada en rojo y blanco y con su conocido tejado.
En Jönköping está el segundo lago más grande de toda Europa, el lago Vaterna (aunque creo que suena mucho mejor en sueco,
Vättern) con más de 1900 km2.
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Paseo junto al lago Vättern |
Después de dar una vuelta por el lago, seguimos caminando hacia el centro de la ciudad donde se encuentra el ayuntamiento y los juzgados.
El horario de las tiendas y establecimientos de Jönköping no es muy amplio en comparación con España, ya que la mayorÃa de las tiendas del centro ya estaban cerradas. ¡Y eso que solo eran las cuatro y media de la tarde!
Y claro, eso explica que las calles más comerciales de la ciudad estuvieran desérticas.
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Calles comerciales del centro de Jönköping, un sábado a primera hora de la tarde. |
Tras mi primera visita por el centro y los sitios más emblemáticos de la ciudad de Jönköping, nos pusimos ropa deportiva para ir con el hermano de Raquel a dar un largo paseo por los lagos Munksjön y Rocksjön.
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Spira Arts Centre junto al lago Munksjön |
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Vistas del lago Munksjön |
Cerca del lago Rocksjön se encuentran unas piedras a modo de
monolitos que me recordaron a los de Stonehenge, aunque son de menor tamaño y creo que no hay ninguna leyenda sobrenatural sobre su origen -o al menos, que a mà a me hayan contado-.