A estas alturas, todavÃa soy un completo desastre decidiendo qué cámara de fotos voy a llevarme de viaje. Para mà es un dilema elegir entre la calidad de la reflex y la comodidad con respecto al peso y tamaño de la cámara compacta. Como ya digo, no es la primera vez que a mitad de un viaje me lamento de no haber llevado mi cámara reflex y haber decidido llevarme la compacta, o viceversa.
Mi viaje a Suecia no fue una excepción y el quinto dÃa por dicho paÃs decidà dejarme la cámara reflex en casa de Raquel. En teorÃa, la dejé a conciencia porque ése iba a ser
nuestro dÃa de relax después de
la odisea de las bicis en Visingsö. Y fue verdad, porque ese dÃa fue bastante normal pero, para una forastera como yo; muchas calles, parques o plazas resultaban extraordinarias y lamenté no haber cogido la cámara asà que tuve que conformarme con la cámara del móvil,
cosa que no habrÃa pasado de haberme llevado la otra cámara.
El dÃa anterior habÃamos pasado desde las siete de la mañana hasta casi las once de la noche fuera de casa, visitando
Gränna y
Visingsö. Entre el cansancio de hacer turismo y las agujetas que tenÃa gracias a la bicicleta, dormà casi diez horas. Cuando me desperté, Raquel ya estaba preparando el desayuno después de haber ido al gimnasio a las siete de la mañana y de haberse arreglado >.<
Desayuné corriendo y, después de arreglarme, a mitad mañana cogimos un bus hacia el
A6 Center, uno de los centros comerciales más grandes de Jönköping, donde nos encontramos con su madre, que acababa de terminar su turno de trabajo. Asà que decidimos dar una vuelta por las tiendas y, más tarde, reunirnos con el resto de la familia para ir a comer a Ikea.
Sé que puede parecer extraño que nuestro plan del dÃa fuera ir a comer a Ikea pero si partes de que es imposible pensar en Suecia sin relacionar el paÃs con Ikea y que yo nunca habÃa estado en estos almacenes, creo que es comprensible que destinara unas horas de mi viaje a pasear por los pasillos de Ikea y a comer en su restaurante.
No voy a hacer ningún comentario sobre la tienda de Ikea porque creo que a estas alturas, tanto todo aquel que haya ido a alguna de sus tiendas como quien no, sabe qué es y los pros y contras de los productos que venden, pero sà hablaré un poco sobre lo que pedà para comer allÃ.
Tanto Raquel como su familia me repitieron varias veces que la comida de ese restaurante era comida tÃpicamente sueca y pude comprobarlo cuando toda la familia se pidió un plato de albóndigas para comer que, por si no lo habÃa mencionado, las albóndigas son una comida tÃpica sueca.
Como en uno de mis primeros dÃas en Suecia ya habÃamos cenado albóndigas, yo preferà pedir
panerad rödspätta med potatis och remouladsÃ¥s, o lo que es lo mismo, pescado empanado con patatas hervidas y salsa tártara, para probar otro plato de la gastronomÃa sueca. ¡Delicioso! Aunque no termino de encajar que dentro de una tienda de muebles haya un restaurante xD
Después de comer, continuamos con la visita turÃstica por Ikea hasta que nos cansamos. Más tarde, Raquel y yo volvimos dando un paseo hasta el centro de la ciudad asà que aproveché para comprar algunos
souvenirs para mi familia en las tiendas para turistas del
Jönköping resecentrum.
Como todavÃa era pronto para cenar, Raquel me propuso ir a una zona cerca del
Statsparken, conocida como
Dunkahalla. En este lugar se puede ver la zona industrial más antigua de Jönköping rodeada de una cascada natural que llega hasta el cementerio.
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Subiendo hasta lo alto de Dunkahalla para ver el nacimiento de la cascada |
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Vistas de las casas de las fábricas, stallkvarn, desde lo alto de la cascada |
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Vistas de las casas de las fábricas y el lago. |
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En la stallkvarn, primeras fábricas de Jönköping |
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Foto tomada en el Kyrkogården. En Suecia, es bastante frecuente pasear por los cementerios. |
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Foto desde el mirador del Kyrkogården. En el horizonte se distingue la isla de Visingsö. |
Chelo Caballero