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Alguer, Sassari y Castelsardo - Cerdeña, Italia

Tras pasar  la mitad del viaje en el sur de la isla de Cerdeña, decidimos abandonar Cagliari y dirigirnos al noroeste de la isla.

Nos alojamos a las afueras de Sassari, por ser una ciudad bien comunicada con el resto de puntos que queríamos visitar durante nuestro viaje. Además, como habíamos embarcado los coches para tener mayor flexibilidad a la hora de recorrer la isla, no hubo ningún problema.


ALGUER

Tras haber dejado el equipaje en el hotel, salimos a pasar la tarde en el Alguer. Tenía muchísimas ganas de descubrir esta zona de Cerdeña, tanto a nivel turístico como lingüístico. En la del Alguer se habla un dialecto de la lengua catalana, cosa que me pareció realmente curiosa. Por eso, desde que me enteré, tenía ganas de visitar el lugar (gajes del oficio, supongo).

Personalmente, Alguer me pareció un sitio con muchísimo encanto. Una ciudad sin grandes monumentos, pero cuyo centro histórico tiene el tamaño perfecto para descubrirlo en un par de horas. ¿Mi recomendación? Desviarse un poco de las vías principales del centro histórico y callejear hasta llegar a la muralla de la fortaleza, desde donde se puede disfrutar de unas bonitas vistas al Mediterráneo. Si tenéis tiempo como nosotros, también os recomendaría visitar el Complejo Monumental de San Francisco, que alberga un precioso claustro del siglo XV.

Alguer

Alger, Cerdeña

Alguer, Cerdeña



 SASSARI

Los siguientes días transcurrieron entre arena y mar, disfrutando de la costa sarda y huyendo de la ola de calor que azotaba la isla en esos días. Principalmente, dedicamos algunas tardes, a última hora, a descubrir Sassari, así como la mañana de nuestro último día en la zona. 
Lo bueno de Cerdeña es que, en general, las ciudades no son muy grandes y su atracción turística principal recae en las pequeñas cosas, como disfrutar de las playas, de las calles con encanto y la gastronomía; por lo que se puede conocer el centro de las ciudades más grandes en tan solo un par de horas. Es el caso de Sassari, la segunda ciudad más grande e importante de la isla (de ahí que decidiéramos dedicarle tan poquito tiempo en comparación con las grandes ciudades de la Península Itálica). 

Un lugar que no te dejará indiferente es la Piazza de Italia, en cuyo centro predomina un pequeño jardín con palmeras de aires mediterráneos. Además, esta plaza se encuentra rodeada de preciosos edificios como el Palazzo della Provincia.
A muy poca distancia se encuentra la espina dorsal del centro histórico, el Corso Vittorio Emanuele II, una calle comercial de la que la historia parece haberse quedado prendada. Los monumentos, las fachadas, los comercios... Todo en ella parece tener un encanto especial.

Pese a ser una ciudad grande, el estilo de vida de los habitantes del centro de Sassari se basa en el pequeño comercio. Quisimos hacer caso del dicho donde fueres, haz lo que vieres y entramos a un local tradicional en el que acabamos haciendo acopio de pastas, quesos y otros embutidos típicos de la gastronomía sarda. Sin duda, el gran descubrimiento del día.

Sassari, Cerdeña

Sassari, Cerdeña



CASTELSARDO

Tras despedirnos de Sassari y todavía sin demasiadas ganas de llegar a Porto Torres, desde donde salía nuestro barco de regreso a casa, decidimos pasar la tarde en Castelsardo, un enclave de la costa norte fuertemente arraigado a la tradición pesquera. Pese a que algunos nubarrones cubrían la zona alta de la ciudad, todavía eran muchos los turistas que disfrutaban de una tarde de playa. 

Nuestra primera parada fue una heladería artesanal situada cerca del puerto deportivo, donde degustamos el que sería nuestro penúltimo helado del viaje, para continuar la visita haciendo acopio de algunos souvenirs de última hora en una tienda de dos plantas que tenía todo tipo de cachivaches grabados con el nombre de la localidad.

El principal atractivo de Castelsardo es su enorme castillo rodeado de una fortaleza desde donde se domina toda la costa y que puede conquistarse a pie ascendiendo via Marconi. Sin duda, una visita obligada desde donde disfrutamos de una visita al actual Museo dell'Intreccio y de unas preciosas vistas al atardecer.










Cagliari: turismo y playas - Cerdeña


Logramos embarcar en el último momento y zarpamos del puerto de Barcelona casi a media noche. Ya habíamos cenado, así que tan pronto como dejamos de ver tierra firme, nos encerramos en el camarote a descansar. La verdad es que la travesía de doce horas se pasó más rápido de lo que pensábamos y al poco de despertarnos a la mañana siguiente llegamos a Porto Torres. Sin embargo, todavía nos quedaban casi tres horas de carretera hasta Cagliari. 

Nuestro alojamiento, un modesto hotel situado a quince minutos en coche del casco histórico, tenía todo lo que necesitábamos para pasar cuatro días descubriendo la zona sur de la isla. Al no viajar solos, tuvimos que organizarnos para planificar nuestra estancia en Cerdeña de la mejor forma posible, con el fin de que el viaje cumpliera las expectativas de todos.

Cagliari me pareció una ciudad encantadora, especialmente su centro histórico. A veces, tenía la impresión de estar en una pequeña ciudad del norte de África y otras, en la mismísima Roma. Me habría gustado tener la oportunidad de llegar con el barco al puerto de Cagliari y ver la ciudad erigirse sobre el Mediterráneo. 

A pesar del calor sofocante que había llegado a Italia esos días, nos las arreglamos para ver el anfiteatro romano, el jardín botánico, el bastión de San Remy y el barrio de Castello, con su conocida torre del Elefante. Cuando visitamos el castillo de San Michele nos sorprendió una tormenta, por lo que nuestra visita al interior del castillo duró más de lo que llevábamos en mente.

Pese a ello, el viaje se caracterizó por el buen tiempo y calor sofocante. De hecho, cuando el calor se hacía insoportable, pasábamos el día descubriendo calas de aguas cristalinas. Una tarde incluso vimos flamencos salvajes en una de las zonas próximas a la playa.

Los días de turismo y playa venían siempre acompañados de suculentas comidas en las que predominaba la típica gastronomía italiana. La pasta, la pizza, el pan, el vino blanco y los helados estaban presentes en nuestra dieta prácticamente cada día. 









Diario de viaje: último día en Roma (parte 3) - Italia

Sigo actualizando sobre mi viaje por Italia, aunque ya va llegando a su fin. El pasado 2 de abril me despedía de Roma, no sin antes haber aprovechado el último día por tierras italianas al máximo:

Tras recoger todo nuestro equipaje, dejar el hotel y subir nuestras maletas al autocar, fuimos a primera hora de la mañana a la Fontana Di Trevi, decididos a echar nuestra moneda antes de que el lugar se llenara de otros turistas, pero cuál fue nuestra sorpresa al encontrarnos con una preciosa fuente... ¡vacía! Los trabajadores de mantenimiento habían aprovechado esa misma primera hora de lunes para vaciar y recoger todas las monedas de la fuente así que tuvimos que dejar la conocida tradición para más tarde.




No nos costó mucho llegar al Panteón de Agripa, a unas calles de la conocida fuente. De repente, nos dio la sensación de habernos transportado de Italia a Grecia.



Inicialmente, el Panteón de Agripa fue construido para adorar a los diferentes dioses del imperio romano. Años más tarde, Adriano mandó reconstruirlo para hacer posteriormente un templo cristiano. Desde entonces, es uno de los edificios mejor conservados de la Antigua Roma.

Interior del Panteón de Agripa


Tras visitar el Panteón fuimos a la Piazza Navona donde, además de varias terrazas, hay tres fuentes entre la que destaca la Fuente de los Cuatro Ríos y la Iglesia de Santa Inés.
Hasta casi dos siglos atrás, la bonita plaza se inundaba para convertirla en un lago artificial.




Como dato curioso, decir que la estatua que simboliza el río Nilo se tapa la cabeza y se niega a ver la Iglesia de Santa Inés. Esto se debe a que el artista de dicha fuente, Bernini, estaba enfrentado con Borromini, el arquitecto que restauraba el edificio de la Iglesia de Santa Inés.




Seguimos perdiéndonos entre las calles, los romanos y los turistas, y al final llegamos a la Plaza de España, famosa tanto por su escalinata como por ser uno de los espacios preferidos de carteristas, cuyo nombre proviene a que a pocos metros de ésta se encuentra la sede italiana de la embajada española en el Palacio Monaldeschi.
Cuenta una leyenda que en este edificio cedido por el Vaticano a España en agradecimiento por la defensa que España le otorgaba, se aparece el espíritu de un fraile. 




Foto tomada desde las escaleras de la Plaza de España

Nuestra siguiente parada fue en la Piazza del Popolo. Donde también hay un obelisco importado de Egipto. 










Una vez paseamos por la plaza, fuimos a comer nuestra última pizza en Italia de este viaje y, tras pasear después de comer por las calles de Roma en compañía de un gelato, fuimos a cumplir la tradición de tirar una moneda a la Fontana Di Trevi esperando que la leyenda de volver a Roma sea cierta.





Como a todos nosotros nos costaba aceptar que nuestro viaje a Italia estaba acabando, decidimos irnos con buen sabor de boca de Roma...




Un par de horas más tarde, llegamos a uno de los aeropuertos de Roma y tras sufrir un retraso de varias horas, embarcamos de madrugada en un vuelo con destino a Valencia.

Ciao, Roma!


Diario de viaje: Roma (parte 2) - Italia

 Tras despedirnos de Estado Ciudad del Vaticano fuimos a las Catacumbas de San Calixto. Después de estar esperando a nuestro guía durante media hora, empezó la visita.

Aunque no está permitido hacer fotos (de ahí a que no haya subido ninguna foto de las catacumbas), he de decir que me las esperaba muy diferentes: las catacumbas habían sido reformadas y adaptadas para las visitas de los turistas e incluso se habían retirado la mayoría -por no decir todos- los restos. Así que casi todo lo que vimos era una réplica de lo que hubo en el momento. 



Entrada de las Catacumbas de San Calixto

Nuestra segunda visita en Roma en este día, fue la Basílica de San Pablo Extramuros, donde se dice que está la tumba de Pablo de Tarso.








A decir verdad, estaba un poco intrigada por conocer este lugar ya que es conocido porque, en las paredes del interior de la Iglesia, han aprovechado los círculos decorativos de las paredes para colocar los retratos de todos los papas de la historia y, dicen, que cuando todos los círculos decorativos tengan un retrato, se acabará el mundo (aquí otro ejemplo que añadir a mi teoría de que en Italia son bastante supersticiosos).






Tras salir de San Pablo Extramuros fuimos al centro de la ciudad de Roma dónde continuamos descubriendo el encanto de la ciudad hasta la hora de la cena.



Estatuas de las escaleras del Campidoglio, Roma.

Campidoglio en Roma.

Foto del atardecer desde lo alto de las escaleras de Campidoglio en Roma. 


Diario de viaje: Roma (Parte 1) - Italia

El pasado 30 de marzo llegamos a la Città Eterna, también conocida como Roma.


Tras un largo viaje en autocar desde Siena (pasando por Orvieto), nos alojamos en el Hotel Pinewood de Roma, situado en la zona Via Aurelia. 
El hotel estaba decorado con mucho encanto, sobre todo el hall y el comedor. Mi habitación era de cinco personas y, a excepción de que únicamente había un baño y tuvimos que establecer turnos para las duchas, por lo demás estuvimos realmente bien porque la habitación estaba separada a su vez en dos habitaciones casi independientes, con un televisor y armarios en cada una de ellas. 
 Esa noche, como ya era un poco tarde, teníamos contratada la cena en el hotel (una vez más, cenamos pasta).

Al día siguiente, por la mañana estuvimos haciendo turismo en la Ciudad del Vaticano y después de comer, hicimos turismo por Roma.

Mis amigas y yo, decidimos comer en un restaurante de Roma. La verdad es que estuvo muy bien -ya que nos habían dicho que, al ser una ciudad tan turística, solía ser bastante cara para hacer turismo y comer (nos pedimos el menú del día: a elegir entre varios platos de pasta o diferentes pizzas, bebida y patatas o ensalada por unos 8€ aprox.)



Después de comer, como os decía, hicimos turismo por la ciudad de Roma: teníamos contratada una vuelta panorámica desde el autocar donde una guía nos iba explicando los monumentos que íbamos viendo.


Según la leyenda, Roma fue fundada por Rómulo y Remo, los dos hombres que, de niños, fueron amamantados por una loba -aunque también se ha especulado que, en realidad, fueran criados por una mujer pública, ya que ésto en latín también significa lupa (loba)-.


Visitamos el Circo Máximo de Roma, donde en tiempos del imperio romano se hacía las carreras de caballos y carros, llegando a hacer importantes exhibiciones, aunque actualmente es un parque.

Parque donde antiguamente se encontraba el Circus Maximus de Roma.



La Piazza Venezia di Roma, con su expectacular monumento Vittoriano (en honor al rey Víctor Manuel).
Al final de las escaleras, se encuentra el Altar de la Patria, con un fuego custodiado por dos guardas, en honor a la tumba del soldado desconocido (recordando a todos aqullos soldados que murieron por su patria pero cuyos cuerpos no llegaron a ser identificados).

Aunque a la mayoría de los turistas les parece un monumento impresionante -yo soy una de esas- para muchos de los romanos este monumento es desagradable, alegando que es demasiado grande y extremadamente blanco y, además, tapa las vistas del Coliseo desde la plaza. Por eso también lo llaman El pastel de boda o la máquina de escribir.

Plaza Venecia, Roma

Monumento a Victor Manuel en la Plaza Venecia, Roma.
Piazza Venezia, Roma


También visitamos las ruinas de lo que fue el foro romano (forum romano), el centro de la vida ciudadana para ellos. Aquí se encontraban los monumentos públicos más importantes y tenían lugar las celebraciones religiosas, y, a lo lejos, se puede ver el monte Palatino donde nos dijeron que se encontraban las ruinas del foro romano imperial.

El foro romano y el Palatino



Aunque no es un hecho muy esperado, en Roma también se pueden encontrar obeliscos, ya sea importados de Egipto (país conquistado por el imperio romano) o propios de la Antigua Roma. Lo que sí es cierto es que Roma ha llegado a ser la ciudad con más monumentos obeliscos del mundo.

Obelisco (Sí, la foto está tomada desde el autocar)



La Basílica de San Juan de Letrán fue la residencia de los papas desde que los ciudadanos del imperio romano se convirtieron al cristianismo, hasta que a finales del siglo XVI se transladaron al Vaticano.

Basílica de San Juan de Letrán



Y como no... El conocido anfiteatro romano: Il Coliseo. Declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1980 y como una de las siete maravillas del mundo moderno en el 2007. 
Aunque en numerosas películas, era aquí donde los cristianos morían víctimas de las fieras, la realidad es, que rara vez ésto ocurría aquí, ya que el Coliseo estaba destinado a la lucha de gladiadores (hombres libres o esclavos) que antes de comenzar el combate saludaban al César diciendo la mítica frase: Ave Caesar, morituri te salutant.
En el anfiteatro romano también se celebraban las venationes (combates de hombres contra fieras o fieras entre ellas) y las naumaquia (luchas donde se recreaban batallas navales, llegando a llenar el coliseo de agua). *

Aquí os dejo algunas fotos del Coliseo romano, ¡espero que os gusten!









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Postamigo

En el mundo perdido .

Diario de viaje: Orvieto - Italia

Como el camino de Siena a Roma en autocar es bastante largo y el conductor debía hacer la parada de rigor cada hora y media - dos horas, paramos en la pequeña ciudad de Orvieto, aproximadamente a mitad de camino entre ambas ciudades.

Orvieto es una ciudad italiana conocida por las numerosas cuevas, pozos y galerías subterráneas, no únicamente como refugio si no también para almacenar las aguas pluviales (costumbre muy extendida entre el imperio romano).

Aunque lo más característico de Orvieto es su catedral, situada en lo alto de la ciudad, y construida bajo el mandato del Papa Urbano IV.
Para llegar hasta aquí, es necesario subir en teleférico y después coger un autobús que te lleva hasta el centro de la plaza donde se encuentra dicha catedral. -El hecho de coger el teleférico me recordó al mirador de St. Luzia, en Viana do Castelo, Portugal. Aunque las vistas desde lo alto cambian bastante ya que desde el teleférico de Orvieto ves toda la montaña y desde el mirador de St. Luzia ves la montaña, parte de la ciudad y la desembocadura del río Lima (Limia en español) en el Océano Atlántico-.
Lo que sí me pareció bastante económico fue el precio que pagamos para subir hasta la catedral de Orvieto: 2€ el viaje de ida y vuelta en el teleférico, incluyendo el transporte de autobús. Eso sí, únicamente es válido durante los próximos 70 minutos al momento de la compra.
Nosotros estuvimos unos cuarenta minutos en Orvieto porque, como ya he dicho, visitar este lugar no estaba en nuestros planes.





Mis amigas y yo junto a la catedral de Orvieto (aunque sale a contraluz).


La catedral de Orvieto -al menos su exterior- me recordó mucho a la que habíamos visto horas antes en la ciudad de Siena.

 Así nos despedimos de la ciudad que cobró gran atracción turística al ser, años atrás, el lugar donde veranearon algunos Papas, no sin antes hacernos una foto de grupo. 






Diario de viaje: Siena - Italia

Cuando el hecho de madrugar ya se había convertido en una costumbre, tuvimos que despedirnos de Florencia para poder decir: Ciao, Siena! Cuya leyenda cuenta que dicha ciudad fue fundada por un hijo de Remo (de ahí a que en el escudo de la ciudad se represente a una loba).


Sabía algunas cosas de Siena por haber leído recientemente el libro Juliet de la escritora Anne Fortier. Y aunque la historia del libro no creo que sea real, sí lo es el escenario donde transcurre la novela. Para empezar, pude comprobar que, la plaza de Siena es tal cuál me la imaginaba y muestra el libro en su portada.




Portada del libro Juliet, de Anne Fortier donde sepuede ver la ciudad de Siena.


Dos de las primeras cosas que visitamos en Siena fueron la casa de Santa Catalina de Siena y la Basílica de Santa María dei Servi.


Tras dar un pequeño paseo por las calles más céntricas de la ciudad de estilo medieval, llegamos a nuestra tercera parada: Il duomo di Siena. (Una de las pocas catedrales que tuvimos que pagar -3€- para visitar por dentro).Curiosa por sus antiquísimas baldosas con inscripciones y/o dibujos.


Il Duomo di Siena

Interior del Duomo de Siena




 Nuestra última parada fue La Piazza del Campo. Una plaza preciosa, en mi opinión (luego me enteré que está considerada como una de las plazas más bellas del mundo). Donde once calles de estilo medieval desembocan en ella. La plaza en pendiente, donde se encuentra la Fuente Gaia, está rodeada del Palazzo Pubblico, el Ayuntamiento con su campanile conocido como la Torre del Mangia y numerosas casas y edificios de estilo gótico.


Foto del Ayuntamiento de Siena, situado en la Piazza del Campo, desde una de las once calles que desembocan en la emblemática plaza.

Es típico en la ciudad de Siena celebrar las carreras de Palio bianuales (el 2 de julio y el 16 de agosto), donde los diecisiete distritos de la ciudad son representados por un ginete a caballo.  En estas carreras, la Piazza del Campo es engalanada para la ocasión.


Edificios que rodean la Piazza del Campo de Siena.
Parte del grupo español descansando en la plaza tras la comida.

Como apunte gastronómico, he de decir que además de los mil y un tipos de pasta, el tiramisú, la panna cotta y los exquisitos helados, una comida típica de Siena es el bocadillo de porchetta, que se puede comprar en diferentes charcuterías y establecimientos de la ciudad.